Los medios como herramienta de manipulación de masas

Indira V. S.

Era de noche. Habían transcurrido varias horas después del funesto terremoto y tenía poco que restablecieron el suministro eléctrico. Encendí de inmediato el televisor, deseosa de conocer el panorama general, por lo que me dispuse a buscar alguna fuente aparentemente confiable de información. Al recorrer diferentes noticieros llamó mi atención que Televisa estaba realizando la cobertura de la catástrofe acaecida en el Colegio Rébsamen, referente a una niña que quedó atrapada bajo los escombros. Fue el único noticiero que dispuso de  una exclusiva de las labores de rescate, y observé que realmente se tomaron la molestia de ponerlo en evidencia colocando múltiples marcas de agua con el logotipo de la empresa. Una reportera llevó la batuta del evento, anunciando a cada momento el anhelado rescate (insistiendo en cómo preparaban la camilla para recibir a la niña en cualquier momento) y por ende, captando la atención total del público para que no perdieran de vista el preciado instante. 

Entre interminables horas de tensión y dramatismo al borde del paroxismo, por fin salió  a la luz un acontecimiento revelador. No se trataba del éxito del rescate, más bien anunciaban un dato que dejó perplejos a todos los televidentes: jamás existió tal niña. 

La estupefacción pronto se tornó en cólera, y un sinfín de comentarios llenos de odio en las redes sociales no se hicieron esperar. Naturalmente hubo una réplica por parte de la empresa, argumentando que ellos también fueron víctimas de la manipulación; circuló incluso un video que elaboró la misma reportera de manera independiente, explicando los motivos que la enredaron en el espectáculo sin escrúpulos.  No obstante, la veracidad de la cadena como medio informativo, si ya había sido puesta en tela de juicio, en esta ocasión ha sido severamente cuestionada. Le ha salido el tiro por la culata. 

Viene a mi mente también la explosión que tuvo lugar el año pasado en una refinería ubicada en Coatzacoalcos, Veracruz. El acontecimiento según los medios dejó principalmente heridos, y pocos decesos. Captan particular atención las especulaciones que giran alrededor de una serie de fotografías que atestiguan la visita de Peña Nieto y compañía al lugar citado, para la evaluación de los daños. La controversia ha sido suscitada porque algunas personas dudan de la autenticidad de dichas imágenes; replican que se realizó un foto montaje. Incluso tal aseveración ha estado bajo el escrutinio de expertos en materia, concluyendo que se trata de una farsa montada por el gobierno. Por lo tanto la visita jamás se realizó. 

No pretendo darle vueltas al asunto, he mencionado estos dos casos particulares porque forman parte de una serie de reflexiones que sobrevinieron mientras leía Después de la fotografía (Ritchin, 2010).  El autor especula sobre la manipulación que ejercen los medios informativos a través de imágenes alteradas y su complicidad con las élites de poder.  

Esta situación ha generado el escepticismo y apatía por parte del público, desconfiando incluso de medios de larga trayectoria, al grado de consultar como sitios que se prestan a la sátira social. El autor menciona a  dos escritores cumbre en cuestiones de distopía: George Orwell y Aldous Huxley. Parafraseando a Ritchin, Orwell temía que parte de la información crucial se ocultara y Huxley, que se perdiera en una infinidad de datos sin relevancia. 

En la actualidad con el flujo de información diaria y la accesibilidad de las herramientas para la manipulación de esta, hace que ahora más que en alguna otra época de la humanidad el criterio se vea afectado, ya sea por la habituación a la sugestión que nos imponen los medios de comunicación y de entretenimiento ocasionando la pérdida de confianza y fiabilidad de lo que se nos presenta. No sabemos cuál será la conclusión, pero la palabra distopía hace eco desde la distancia. Quizás las peores pesadillas de los autores citados no sean del todo inciertas.

Y ahora, revisando el libro, observo que es una edición que pertenece a la Fundación Televisa.




Referencias 
Ritchin, Fred. Después de la fotografía. 2010. Fundación Televisa

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